Ochouten Kazoku novela... traducción al español

Quien hubiera dicho que después de tanto buscar encontraría esta novela (ojo no es novela ligera por lo tanto no tiene ilustraciones) con una traducción aceptable al ingles, siendo que el traductor al ingles hace apenas unos días comenzó con el proyecto pues avanzare a su ritmo.
Hoy les dejare el prologo de esta interesante historia que de seguro algunos han estado buscando debido a su anime.



La familia excéntrica (Uchoten Kazoku): Prólogo

Al terminar el reinado del Emperador Kanmu y de la era de la poesía Manyou, los humanos llegaron e inundaron Kyoto.
Ellos construyeron casas, aumentaron en número, lucharon por el poder, temieron a los dioses, adoraron a Budhas, dieron forma al arte, escribieron poesía, cruzaron espadas; en algún momento el fuego devoro la ciudad, solo para que la reconstruyeran de nuevo sin descanso, y se multiplicaron de nuevo, se dedicaron al comercio, absorbieron conocimiento con celo, celebraron la armonía del mundo, luego se conmocionaron profundamente cuando vieron cuatro barcos a vapor, solo para arrasar de nuevo la ciudad sin prudencia alguna, reconstruyéndola otra vez impávidamente, bajo el eslogan de “Refinamiento”, soportando los inevitables años de guerra que llegaron; risas seguidas de lágrimas, lágrimas seguidas por risas, y así con esfuerzo considerable, llego el presente.
1200 años desde que se estableció como ciudad capital por el Emperador Kanmu:
Hoy la ciudad de Kyoto es el hogar de 1,5 millones de seres humanos.
Pero aguarden un momento.

De los guerreros, nobles y sacerdotes quienes rondaron por esa ciudad, dejando un rastro de caos en la Historia de Heike1, un tercio fueron zorros, y el otro tercio fueron tanukis. Se dice que el tercio restante consistió en tanukis cumpliendo dos roles al mismo tiempo. Con esto dicho, pareciera que la historia de Heike le perteneciera a los tanukis más que a los humanos. Los tanukis no se inclinan ante la historia humana, sino que los humanos son los que se someten a nuestra historia.
Un cierto anciano en un lugar atestado, circulaba esta falsa historia.
Es inútil mencionar que, fue un tanuki quien dijo eso.
Él tenía mucho pelo, y era mejor describirlo como una bola de pelos tumbada bajo las sombras del Templo Kiyomizu-dera2 que llamarlo anciano. Aún recuerdo vívidamente cuando se convirtió sin que nadie lo notara, en una bola de pelo, y así se reunió con nuestros muertos.
Mientras que las Historias de Heike no eran más que un puñado de fantasías de una bola de pelos al que no le restaban muchos años, un gran número de tanukis residen hoy en día en Kyoto. Ocasionalmente se mezclan entre los humanos y rondan por allí. Tal y como jugaban sus  roles minoritarios en las antiguas Historias de Heike, los tanukis siempre anhelaban imitar a los humanos.
Otro tanuki también dijo: Los tanukis y los humanos forjaron la historia de esta ciudad hombro a hombro.
Pero aguarden un momento.

Los cielos sobre la provincia del rey siempre han sido nuestros territorios.
Nosotros volamos libremente en el cielo; siendo potestad exclusiva de los tengus; somos quienes escupimos a todo lo que se encuentre abajo, y envolvemos entre nuestros dedos a los peones que se arrastran por los suelos. Las criaturas a quienes llamamos humanos les gusta presumir sus éxitos y dicen que su historia ha sido forjada por sus propias manos. Que absurdo. Eso es una broma. Incluso con la ayuda de los tanukis con sus peludas patas, ¿qué poder tienen los meros humanos cuando un simple soplido los puede noquear? Las calamidades de la naturaleza y las raíces de la sociedad reposan en las puntas de los dedos de aquellos quienes vivimos en el reino de la magia. El destino del país está en nuestras manos.
Mirad las cumbres de las montañas que rodean la ciudad. Témannos, a nosotros quienes residimos en los cielos.
Cierto ser declaro.
No es necesario aclarar que fue un tengu quien dijo eso.
Los humanos habitan la ciudad; los tanukis se escabullen por la tierra; los tengu moran en los cielos.
La triada conformada por los humanos, tanukis y tengus que ha continuado incluso después de que la capital fuera trasladada a Tokyo, mueve la rueda gigante de esta ciudad.
Los tengus enseñan a los tanukis, los tanukis se disfrazan como humanos; los humanos se acobardan ante los tengus, los tengus secuestran humanos, los humanos comen estofado de tanuki, los tanukis engañan a los tengus.
Y así, la rueda gira y gira.
No hay nada más divertido que ver la rueda girar.
Yo puedo ser uno de aquellos llamados tanukis; pero estoy muy orgulloso de existir como un mero tanuki. Admiro a los tengu desde lejos y disfruto imitando a los humanos.
Y así la vida es como un remolino eterno, casi sin tiempo para el aburrimiento

NOTAS:

2) Templo Kiyomizu-dera: traducción sinónima de Chion-in Temple’s Amitabha Hall que es el original en inglés.

Comentarios

Entradas populares